A dos años de la compra de Activision Blizzard King: ¿la inversión que salvó a Xbox y transformó la industria?
El pasado 8 de septiembre de 2025, se cumplieron dos años desde que Microsoft cerró la adquisición de Activision Blizzard King, un movimiento que sacudió por completo al mundo gaming al poner en manos de Xbox algunas de las franquicias más poderosas, como Call of Duty, World of Warcraft y Candy Crush. Este escenario cambió tanto el rumbo de la compañía como la dinámica de todo el sector.
Un golpe histórico para Xbox y el mercado
Anunciada el 18 de enero de 2022 y concluida a través de desafíos regulatorios hasta el 13 de octubre de 2023, esta fue la mayor adquisición en la historia de los videojuegos, con un costo estimado en 68.7 mil millones de dólares. El efecto inmediato fue evidente: Xbox elevó su posición en la industria casi de la noche a la mañana.
¿Valió la pena? Perspectivas y tensiones
Desde la perspectiva de Microsoft, la unión significó no solo acceso a nuevos IPs, sino también un impulso para Game Pass, su servicio de suscripción, y evidenció una apuesta por consolidar la competitividad frente a rivales como Sony.
No obstante, no todo fue aplausos: la adquisición generó preocupación entre desarrolladores independientes sobre un posible dominio excesivo que afectara su espacio. Asimismo, organismos como la FTC y la CMA del Reino Unido pusieron en tela de juicio el impacto de la compra sobre la competencia y la innovación. Para ganar su aprobación, Microsoft se vio obligado a comprometerse con acuerdos como mantener Call of Duty multiplataforma durante 10 años.
Reestructuración interna y cambios operativos
El proceso no estuvo exento de dolorosos ajustes. Microsoft anunció reducciones de personal en 2024 y 2025, afectando tanto a Activision Blizzard como a estudios de Xbox. Esto incluyó cierre de algunos estudios, reorientación de recursos e incluso la cancelación de proyectos como el juego en desarrollo Odyssey.
Por otro lado, el clima laboral también experimentó transformaciones profundas. Equipos como los de Overwatch y World of Warcraft se sindicalizaron, respaldados por un acuerdo de neutralidad laboral entre Microsoft y la CWA. Esto simboliza una nueva etapa de negociación colectiva en la industria multiplataforma.
