Institutos de Salud de EE.UU. investigan la posible conexión entre videojuegos y violencia armada
Recientemente, Robert F. Kennedy Jr., Secretario de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos, declaró que los National Institutes of Health (NIH) están promoviendo estudios para explorar si existe una correlación significativa entre el uso de videojuegos violentos y los episodios de violencia con armas en el país. Estas declaraciones surgen en el marco del nuevo informe “Make Our Children Healthy Again” (Hagamos nuestros niños más sanos otra vez), por medio de la comisión MAHA. Kennedy sugirió que los videojuegos podrían ser uno de varios factores que inciden en el creciente problema de violencia armada, aunque enfatizó que no hay conclusiones firmes aún.
¿Qué sabemos hasta ahora?
Declaraciones oficiales: Kennedy menciona que la violencia con armas (mass shootings, tiroteos) podría deberse a múltiples causas: problemas en salud mental, consumo excesivo de redes sociales, posibles efectos de los videojuegos violentos, etc. El NIH ya tendría líneas de investigación abiertas para tratar de entender esos vínculos.
Reporte de MAHA: El informe no acusa directamente a los videojuegos de ser la causa, sino que los incluye como uno más de los posibles factores a considerar. También sugiere estudiar cómo la exposición constante a medios violentos puede impactar comportamientos, especialmente en menores.
Estudios previos relacionados:
Un ensayo clínico aleatorio mostró que niños de entre 8 y 12 años que jugaron versiones violentas de videojuegos con armas tenían más probabilidades de tocar un arma de fuego desactivada, mantenerla por más tiempo, e incluso apretar el gatillo en comparación con niños que jugaron versiones no violentas.
Otras investigaciones indican que la exposición habitual a violencia en medios (juegos, películas, televisión) puede asociarse con una mayor probabilidad de comportamientos peligrosos alrededor de armas, aunque no establecen una relación causal clara.
Retos y lo que aún no está claro
Causalidad versus correlación: Que haya correlación no implica necesariamente que los videojuegos violentos provoquen directamente los episodios de violencia armada. Factores como el entorno familiar, salud mental, acceso a armas, condiciones sociales, etc., juegan un papel muy importante.
Diseño de estudios: Los investigadores deben controlar muchas variables para que los resultados sean confiables: cuánto tiempo juegan los menores, qué tan violentos son los juegos, si hay supervisión parental, si hay armas accesibles en casa, predisposición del individuo, etc.
Ética y metodología: Realizar estudios con niños implica muchas responsabilidades éticas, así como limitaciones en la duración de exposición, realismo del contenido, etc. Esto puede interferir en cómo se interpretan los resultados.
Implicaciones sociales y legales: Dependiendo de los resultados, podrían surgir debates sobre regulación, clasificación de juegos, responsabilidad de fabricantes, plataformas, y exigencias de advertencias o restricciones. También puede afectar la percepción pública de los videojuegos.
¿Qué implicaría si se confirma algún vínculo?
Si los estudios muestran que videojuegos violentos contribuyen en alguna medida al riesgo de violencia con armas, podríamos ver:
Políticas públicas que incluyan regulaciones más estrictas sobre la clasificación de juegos, posiblemente con advertencias más visibles.
Programas educativos o campañas para padres sobre uso responsable de videojuegos y supervisión del contenido.
Posible presión para que las plataformas, distribuidores y desarrolladores colaboren en asegurar que los juegos con contenido extremo tengan controles o restricciones de acceso.
Debates sobre la libertad creativa vs. responsabilidad social en la industria del videojuego.

