Logotipo del título del videojuego 'Senua's Saga: Hellblade II' en letras rojas y blancas sobre fondo negro.

Jugado en PC

Probé Senua’s Saga: Hellblade II en PC, y lo que en principio parecía la continuación ideal de una narrativa intensa se transforma en una experiencia cinematográfica viviente: una alianza perfecta entre estética, sonido y emociones entrañables.

Música: etérea, arcaica y profundamente envolvente — 10/10

El diseño sonoro es una pieza central de la experiencia. El audio binaural te sumerge directamente en la mente de Senua: voces que susurran, acosan y acompañan cada paso desde todas direcciones. Heilung aporta cantos rituales nórdicos, mientras elementos electrónicos sutiles arropan cada escena con una atmósfera profundamente emocional.

La banda sonora no solo complementa sino amplifica cada fragmento de la aventura con una potencia emocional pocas veces vista en videojuegos.

Historia: íntima, brutal y narrativamente intensa — 9/10

La narrativa retoma a Senua tras su odisea anterior: transformada, enigmática, conectada con fuerzas más allá de lo inmediato. Su viaje, más colectivo que antes, introduce aliados que amplían su mundo interior. No es solo una historia que se cuenta, sino que se vive: la psicosis, las dudas, la esperanza y la furia de Senua se manifiestan en cada cuadro.

Esta profundidad emocional confiere al relato una resonancia poética inolvidable, aunque algunos podrían sentir que la progresión es más lenta respecto a otros títulos narrativos.

Rendimiento: lo mejor del juego — 10/10

Aquí Sublime. El uso de fotogrametría + Unreal Engine 5 recrea paisajes vikingos devastadores y escenarios inquietantes con un realismo y detalle impresionantes. Las expresiones faciales de Senua, el clima, la física, la iluminación... todo funciona sin fisuras técnicas. (Opciones Ultra, Performance Mode, DLSS/FSR disponibles).

Este apartado técnico no solo muestra músculo: eleva el arte y la emotividad del juego a un nivel sobresaliente, sin sacrificar fluidez.

Jugabilidad: coreografía íntima, acertijos hipnóticos — 9/10

El combate es como una danza visceral: coreografías íntimas contra enemigos imponentes, donde cada golpe o esquiva parece inscrito en la narrativa emocional de Senua. No se busca aquí espectáculo frenético, sino intensidad personal.

Los acertijos no desentonan: basados en símbolos, sonidos o manipulación del entorno. Integran la percepción alterada de Senua en la exploración. Son simples, pero cargados de significado ambiental y emocional.

Quizás lo único que detrae es la limitada rejugabilidad, aunque puntos de vista alternativos y coleccionables añaden motivación para revisitarlo.

Conclusión

Senua’s Saga: Hellblade II redefine qué puede ser un videojuego narrativo: una pieza cinematográfica, emocionalmente desgarradora y técnicamente impecable. Su audacia va más allá del mero diseño: es una declaración de arte interactivo, donde el sonido, la expresión y la inmersión mental se funden con maestría.

¿Algún punto débil? Su duración contenida, ritmo pausado y enfoque íntimo podrían no satisfacer expectativas más centradas en acción o rejugabilidad. Pero este es un juego que exige ser vivido, no dominado.

Calificación Final: 9.5