La historia detrás del icónico logo de PlayStation: más de 20 diseños descartados antes del definitivo
El logo que hoy asociamos inmediatamente con PlayStation —esa combinación estilizada de la “P” vertical sobre una “S” acostada, con colores llamativos— no fue la primera opción que Sony contempló. De hecho, durante el proceso de diseño, se evaluaron más de 20 propuestas distintas antes de decidirse por el logo que conocemos actualmente. Entre esas versiones había variaciones de estilo, color y forma que resultan sorprendentemente llamativas, e incluso algunas propuestas que hoy muchos fans califican como “dignas” de haber sido elegidas.
El creador del logo fue Manabu Sakamoto, un diseñador gráfico con experiencia dentro de Sony, también responsable de otras identidades visuales de la compañía. Sakamoto recibió el encargo de crear un símbolo que fuese inmediatamente reconocible, que transmitiera firmeza, modernidad y una identidad visual fuerte para la nueva marca de consolas de 32 bits que Sony preparaba.
Algunas de las versiones descartadas: qué ideas estuvieron sobre la mesa
Las variantes que no llegaron al diseño final exploraban muchas posibilidades creativas:
Versiones con formas más abstractas, círculos, semicírculos, tipografías alternativas, líneas curvas o más angulosas, estilos menos ornamentados. Lo que cambió entre ellas fue la claridad visual, capacidad de reproducirse en distintos medios (desde cajas físicas hasta publicidad y pantallas), y cómo se veían en contextos tridimensionales o con efectos de luz.
Algunas propuestas usaban colores intensos y variados, como rojos, amarillos, azules; otras apostaban por combinaciones más sobrias, o menos contrastantes.
En ciertos bocetos se dio más peso a la "S" que a la "P", o al revés; en otros, la “P” vertical tenía estilos diferentes, sombras, relieves, juego de perspectivas 3D, efectos de sombra, etc.
También se experimentaba con versiones donde las letras estuvieran contenidas en formas geométricas o rodeadas por marcos, algo que finalmente se descartó en favor de diseño limpio y fácil de reconocer.
Por qué ganó el diseño actual
Al decidirse por el logo que hoy conocemos, Sony optó por características concretas:
Reconocibilidad inmediata: La “P” y la “S” combinadas de la forma actual son fáciles de identificar, memorables, y funcionan bien tanto en tamaño pequeño como grande.
Capacidad para representar tridimensionalidad: Aunque el logo a simple vista parece plano, el diseño permite sombras y formas que dan sensación de profundidad. En algunos de los logos rechazados, esa tridimensionalidad era forzada o demasiado elaborada, lo que complicaba su uso en medios diversos.
Colores distintivos: La paleta elegida (rojo, amarillo, azul, verde) ayudaba a que el logo tuviese presencia fuerte y distintiva frente a competidores. Las alternativas menos coloridas parecían menos vibrantes o perdían algo de impacto visual.
Adaptabilidad: El logo funciona bien en medios impresos, en pantalla, en merchandising, en animaciones de arranque de consola, etc. Esa versatilidad pesó mucho frente a diseños muy ornamentados que podrían complicarse en formatos pequeños o en varios soportes.
Qué significa para la identidad de la marca
Este proceso demuestra que un logo no es algo que se decide al azar: se prueba y se desecha mucho antes de llegar a lo que termina siendo la cara visible de una marca.
El logo final de PlayStation se convirtió en un elemento de legado: no solo identifica consolas, sino que lleva consigo nostalgia, historia, sentido de comunidad para los jugadores.
Aunque Sony ha actualizado u homogeneizado su identidad visual en distintas generaciones, la esencia del logo diseñado por Sakamoto ha permanecido: las letras P y S estilizadas, la disposición peculiar, la combinación visual y el enfoque en claridad y presencia.

