Jugado en Playstation 5
Tras más de 87 horas explorando el Japón feudal de Assassin’s Creed Shadows, el resultado es un mundo vibrante y técnicamente impresionante que, sin embargo, termina mostrando sus grietas narrativas y mecánicas que no terminan de cuajar del todo.
Música: atmosfera auténtica, aunque irregular (6/10)
La banda sonora, compuesta por The Flight junto con TEKE::TEKE y otros colaboradores, combina piezas tradicionales japonesas (con instrumentos como el shamisen y la flauta shakuhachi) con arreglos modernos y psicodélicos aportados por TEKE::TEKE y voces de Thunderdrum y Tiggs Da Author. El resultado es evocador y culturalmente sólido, aunque algunos de los temas contemporáneos no terminan de encajar, lo que puede romper momentáneamente la inmersión.
Historia: destellos interesantes, trama principal inconsistente (6/10)
El arranque brilla cuando narra los orígenes de los protagonistas Naoe y Yasuke mediante flashbacks emotivos, introduciendo conflictos históricos fascinantes durante el Japón Sengoku. Pero la narrativa se desinfla al caer en una venganza repetitiva y poco innovadora. Además, el hilo del presente queda apenas esbozado y no aporta claridad ni avance al arco moderno de la saga, convirtiéndose en una oportunidad narrativa desperdiciada.
Rendimiento: espléndido visualmente, pero con fisuras técnicas (6/10)
Visualmente, el juego deslumbra: cada amanecer, pueblo o templo palpita con realismo gracias al sistema de iluminación dinámica, los cambios climáticos y el trazado de rayos que resalta efectos atmosféricos como niebla, lluvia y reflejos. En consolas, ofrece modos de rendimiento que alcanzan los 60 FPS, equilibrado entre 45 FPS y modo calidad a 30 FPS. Aun así, hay fallos puntuales —como animaciones faciales mejorables, incidentes de NPC y parkour torpe en áreas naturales— que desacelera la inmersión.
Jugabilidad: innovaciones reconocibles, pero falta chispa (6/10)
La jugabilidad incorpora mejoras destacables: sigilo profundo con técnicas como escabullirse por el suelo, esconderse en sombras, lanzamiento de ganchos y parkour más fluido. Los dos personajes ofrecen estilos contrastados —la agilidad sigilosa de Naoe y la fuerza de Yasuke— permitiendo enfoques variados. Además, el sistema de base guarnición permite reclutar aliados, desbloquear habilidades y reafirmar tu red de espías.
Sin embargo, muchas misiones secundarias caen en objetivos genéricos de “mata X enemigos” sin mucho diseño narrativo. El sistema RPG —con enemigos que resisten demasiado o requieren grind— ralentiza el flujo y rompe la fluidez. Y aunque las estaciones cambian el entorno y afectan la exploración, la progresión tampoco siempre se siente orgánica
Conclusión
Assassin’s Creed Shadows brilla cuando despliega su poderío visual, su ambientación cultural y la dualidad de sus protagonistas en un Japón feudal nunca antes visto con tanto detalle. Las mecánicas de sigilo, el cambio entre estaciones y la base como eje de progresión aportan frescura a la saga. Sin embargo, su narrativa carece de profundidad sostenida, el sistema RPG ralentiza el ritmo, y algunas fases secundarias se sienten mecánicas y repetitivas. A pesar de su belleza técnica y momentos de gloria, el conjunto queda por debajo de lo que podría haber sido. Una entrega que entretiene y enamora por sus luces, pero se queda pequeña ante sus sombras.

